'Es estudiante de Comunicación y Periodismo en la UNAM.
Cuenta con facilidad para la locución, maneja una buena ortografía, es hábil con las redes sociales (especialmente Instagram y Tiktok) y tiene gusto por la fotografía artística y documental.
Guionista, productora,
voz administradora web de Radiograma.
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CIMARRÓN 000
Silvestre como siempre


MUERTE CHIQUITA

Crónicas de un Paria
Por: El Huidos Nel
12/08/2020
En la oscuridad contorneamos los cuerpos y el deseo fue la guía que nos mostró el camino hacia el punto glorioso, ese que se parece a la punta del volcán. La erupción de placer.
Aún recuerdo aquella mujer que me enseñó a complacerla sexualmente hasta el hartazgo. Ella era una brasa roja. Yo un novato con deseos de aprender. Las primeras veces me mostró las reglas del juego. Ella comenzaba y yo me dejaba llevar por mero instinto.
Salíamos de noche a explorar la Ciudad de México: El Paragüero, al U.T.A Bar, Garibaldi, a la calle de Regina, a un bar de Jazz (ahora extinto), a la Terraza que está detrás de la Catedral Metropolitana. Las primeras movilizaciones de la libido comenzaban entre trago y trago, entre sonrisa y sonrisa. Quizá allí se gestaba la Muerte Chiquita. En el preámbulo cortejo.
Con el tiempo logramos complacernos a manos llenas. Galopamos entre montañas y raíces. Todo lo que sé del orgasmo femenino se lo debo a ella. Entendí que el placer no sólo está en la cama. Se va forjando desde las risas y la plática.
Nunca sabré si era demasiado bueno, o ella tenía mucho corazón, pues la satisfacción nos envolvía día con día.
Pero ese momento justo en el que ella explotaba y yo al mismo tiempo, no pasaba siempre, era la Muerte Chiquita. Ese breve momento en donde muerte y vida se funden para dar frutos rojos como frambuesas, era de los momentos más agraciados en mi vida.
El orgasmo femenino no es fácil, pero tampoco es imposible. Primeramente, ella debe desinhibirse, dejar esas tonterías moralistas, y él debe bajarse de su macho para los dos saberse, antes que todos, humanos. Es ahí y justo en ese lugar de dónde la tierra es fértil y los tragos dulces.
La muerte chiquita como forma de llamarle al orgasmo femenino, no queda sólo, en una palabra. Es más la comunión de los dos. Para entender, aunque sea por unos instantes, el sentido de la vida. ¡Viva el Orgasmo Femenino!
Celebremos el Día Internacional del Orgasmo Femenino mordiendo una fresa hasta que se deshaga en nuestros labios.


