'Es estudiante de Comunicación y Periodismo en la UNAM.
Cuenta con facilidad para la locución, maneja una buena ortografía, es hábil con las redes sociales (especialmente Instagram y Tiktok) y tiene gusto por la fotografía artística y documental.
Guionista, productora,
voz administradora web de Radiograma.
.
CIMARRÓN 000
Silvestre como siempre



OJOS DE MAR; FRESCOS Y BRILLANTES

POR: NOAH PERKINS
Se está haciendo tarde, la novela del escritor, periodista, dramaturgo, ensayista y guionista José Agustín, redactada en la cárcel de Lecumberri entre 1970 y 1971, fue un parteaguas en las letras mexicanas. Irrumpió el lenguaje y al Status Quo. Publicada por vez primera en 1973 y en 2017 reeditada por la editorial Nitro Prees en su colección: Punto de Quiebre.
Si echamos en una licuadora a The Rolling Stones, Pink Floyd, The Doors, a la generación Beat, Jean Paul Sartre, Albert Camus, Charles Bukowski, Henry Miller, algunos psicotrópicos, Hunter S. Thompson, el sentir de los años sesenta, Acapulco, el Palacio Negro de Lecumberri, el slang del barrio, amigos, y a un niño que a los once años redacto su primera novela; tenemos como resultado la obra: Se está haciendo tarde.
Andrés Ramírez, hijo del autor, escribe: “La historia de cómo José Agustín empieza a escribir este libro en el papel de una torta que le compró su papá en su primer día de cárcel era contada poco, pero era contada. Él lo narra mejor en El rock de la cárcel, su libro autobiográfico”. Fue en esa misma cárcel, en esos mismos pasillos, que los dos José se encontraron para hablar de literatura; José revueltas y José Agustín. Éste hecho le dan un peso de oro a la novela.
La prosa del texto es Dionisíaca; son como líneas que se dibujan en el firmamento, encendidas, ardientes, vertiginosas, que miran al abismo para encontrarse a sí mismas y terminan en tu mente: ardiendo como brasas.
Los personajes son la expresión de lo contracultural. La historia es un viaje que parece que no tiene fin. “Uno siempre le tiene miedo a lo desconocido, Nos gusta quedarnos muy conchudos en una sola onda, aunque esa onda nos esté cargando la chingada y nomás nos estamos haciendo pendejos con tal de no seguir adelante, a otras ondas”, escribe, José Agustín, con pluma de Beretta; siempre certera.
