'Es estudiante de Comunicación y Periodismo en la UNAM.
Cuenta con facilidad para la locución, maneja una buena ortografía, es hábil con las redes sociales (especialmente Instagram y Tiktok) y tiene gusto por la fotografía artística y documental.
Guionista, productora,
voz administradora web de Radiograma.
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CIMARRÓN 000
Silvestre como siempre


Editorial

18/05/2021
La libertad de expresión es un acto de voluntad de una existencia auténtica. Un hecho que se forja en la experiencia. En los errores y en los aciertos. Entre los tuyos y entre los otros. Tu libertad acaba donde la del otro comienza. Esto, en teoría, se dice de una manera, pero en la praxis toma otros matices complejos.
Es un derecho y un principio de acuerdo a las sociedades y momentos históricos en los que se vivan. En la actualidad y en nuestra sociedad “democrática de libre mercado”, rige la libertad del que más tenga dinero, vale más. Sin embargo, no es así.
Desde nuestro punto de vista, la libertad se forja en la subjetividad de la individualidad, es lo que nos da un sentido de ser.
Un ejemplo de librepensadora fue Simone de Beauvoir, la cual dijo: “Que nada nos limite. Que nada nos defina. Que nada nos sujete. Que la libertad sea nuestra propia sustancia”.
Desde el sentido antropológico, la libertad tiene varias perspectivas, desde la filosofía otras, desde el dinero otras tantas. Todo es un equilibrio. Todo tiene validez, si alguien quiere zarpar en popa hacia un mito, tiene que conocer el mismo, trascendamos las ideas, la libertad nos dio la sustancia necesaria para ser seres humanos. Ser humano significa darle un trago a sus muertos y saber que ya perecieron, pero son el mito que nos hacen seguir existiendo.
Queridos lectores, la libertad se la forjan entre las lecturas y entre su vida, entre la experiencia y sus añoranzas, entre sus mitos y sus realidades, entre los tragos de mezcal y los brindis del skol Vikingo o entre los tarros de pulque de los hñahñus; viva la vida.