EDITORIAL

21/09/2020

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Leer es una de las primeras actividades que se le enseña a un niño. Desde temprana edad, la lectura permite trabajar la imaginación; crear universos fantásticos alternos, que desarrollan la creatividad. Un libro o un texto pueden entretener, educar, orientar, auxiliar y ejercitar al lector.

El receptor es una pieza clave que recibe todas las ideas que se le presentan, el sumergirse en ellas amerita su exploración, hacer un clavado a las ideas del autor. Esta semana, en la edición de Cimarrón 000, bucearemos entre las aguas tormentosas, dulces, entretenidas de los autores Stephen King y Juan José Arreola, compañeros de natalicio.

El impacto en textos hace que algunas de sus obras sean trasladadas del papel al cine, depende del agrado o disfrute del lector, como ha pasado con los trabajos de King, pues se han realizado adaptaciones filmográficas a lo largo de los años, encantando y no tanto a aficionados de sus libros.

Por otro lado, los cuentos de Arreola siguen vigentes, y se recuerda como uno de los creadores literarios fundamentales del siglo XX mexicano, prueba de ello es el homenaje realizado por su centenario de su natalicio hace dos años, organizado por La Dirección General de Vinculación Cultural. Con el objetivo de conmemorarlo y motivando la participación de creadores literarios de la narrativa breve, se celebra el Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola a partir del año 2002. Consolidado ya como uno de los premios del género más reconocidos de México.

Ambos escritores llegaron al corazón de sus lectores, ellos recibieron sus ideas y bucearon para llevarlas a la trascendencia, hacerlas una extensión más de los pensamientos. Gracias totales a ellos.