Por: Anastacio Petronilo

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“En vez de que Amanda adquiriera conciencia del tiempo gastado en pensar a un motivo abstracto, ya que la información era ínfima y dispersa, ella siguió con sus flash back de la fiesta: la nuca de él, los ojos de él, el tono de la playera de él,la textura del estampado de la playera de él, la mano de él que acciona el encendedor que prende el cigarro de ella, los dedos de él tecleando en el teléfono de ella, los dedos de él marcando quizá en este mismo momento el teléfono de ella…”

 

Sí, las mujeres son tan buenas a la hora de recordar y paradójicamente son las más propensas a sufrir la enfermedad del Alzheimer.

 

Su hipocampo, una región del cerebro encargada de almacenar recuerdos y memorias, está un 25% más desarrollado que el del hombre, según afirma Eduardo Calixto médico cirujano y doctor en neurociencias de la UNAM.

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Amanda posiblemente se ha enamorado, o por lo menos le ha llamado la atención este sujeto desconocido, su primera impresión de él le llegó por los ojos. Lo miro desde lejos, mientras la fiesta discurría a lo largo y ancho de quién sabe dónde, sabrá Dios o el Diablo las coordenadas exactas. Y es que Amanda posee una mejor agudeza visual, sobre todo a la hora de distinguir los colores, quizá por esto recuerda perfectamente ese tono de la playera de él.

 

Amanda recuerda la escena de aquel día; la atmósfera densa, el olor a cuerpo, perfume barato y a tabaco prendido por las manos de él y, quizá, fue por eso que logró distinguir precisamente lo propio del/lo extraño en cuestión. Esto gracias al complejo mayor de histocompatibilidad hallado en todos los vertebrados en la zona del brazo corto del cromosoma 6 en los humanos cuya función principal es, entre otras cosas, detectar elementos diferentes o extraños, como los conocidísimos antígenos leucocitarios de los que habla Bad Bunny en sus canciones. Es decir Amanda puede distinguir mejor, que el sujeto en cuestión, a la pareja que le dará una posibilidad de resistencia genética mayor a su hipotética y hasta ahora nula descendencia.

 

Mientras que el tipo en cuestión es más visual e instintual; quizá Amanda no tenía grandes senos, caderas anchas, labios carnosos o canciones de bellakeo sucio en su Iphone y por eso la olvidó. Se reencontraron y la olvidó de nuevo.

 

Amanda recuerda perfectamente su voz, es lo único que le parece real de lo imaginado, pero incluso apartada por unos metros del desconocido en la cabeza en la fiesta del reencuentro ella, con una copa de vino en la mano, logra escuchar de aquella voz real un “ahora regreso” y como una especie de voyerista de su propia desdicha vuelve una última vez sus ojos y oídos a la persona de su obsesión pasajera. Y es que Amanda tiene un mejor oído que él, ella alcanza hasta 100 potenciales de acción por sonido agudo, gracias a sus dos células pilosas en la cónclea.

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A pesar de que Amanda no tocó ni tocará o será manoseada ansiosamente por caricias del vato en cuestión, posee una mayor sensibilidad al tacto y al peso en su piel que es 10 veces más sensible, además de que siente con mayor intensidad el contacto con otros gracias a los corpúsculos de su mano más extendidos, incluso pude percibir mejor las emociones con solo tocar. El caballero en cuestión ni siquiera recuerda quién es Amanda y cuándo la conoció. Cabe recalcar que él está lejos de ser el malo de este relato. Amanda saborea mejor los sabores dulces, quizá por eso le encanta teñirse los labios de un suave vino tinto y mirarse al espejo mientras el man desconocido en cuestión tal vez disfruta un caballito de tequila con limón.

 

En fin, Amanda amara con más intensidad cuando elija quién será su pareja, todo lo anterior no la exime de elegir mal y viceversa aunque se dice que es ella quien elige y no el hombre vaya usted a saber qué fue primero… Esta situación le propiciará que sufra más la pérdida en otra hipotética relación futura con otro sujeto desconocido; revisara en su celular una y otra vez el perfil del susodicho imaginario, llorara más que él, recordará con añoranza repetitiva los momentos más felices a su lado, le aceptará sus disculpas o por lo menos las tomara muy en serio cuando esté regrese ávido de su sexo y cariño.

 

Su luto será mayor que el de él, tres meses por cada año de enamoramiento, el cual solo dura 3 años en ambos, mientras que el de él será de 28 días por cada año de enamoramiento. No es su culpa, la ciencia le otorga cierta excusa, él supera más rápido esta etapa y busca quien le libere más dopamina, oxitocina y serotonina a su cerebro, él tiene un gen llamado RS334 mismo que lo hace promiscuo e infiel en consecuencia; el hipotálamo y la vasopresina los culpables. Por su parte Amanda y su área tegmentral ventral es mayor que la de él, lo que la hace más propensa a amar con más intensidad y serlo también en cuestiones emocionales, hasta un 75% más grande ¿qué pasa?, que Amanda libera más dopamina, esto le ayuda a que sus orgasmos sean más placenteros, duraderos y múltiples, por esto ella genera más apego a una persona que se lo genera.

 

Y a pesar de que los Amandos desconocidos son más prácticos, menos sensibles, con menor percepción auditiva, memoria corta, menores conexiones neuronales y orgasmos cortos y en menor cantidad, ellos nunca dejarán de ser parte complementaria, importante y fundamental de Amanda. El amor del hombre y la mujer se expresa de distintas maneras.

 

Esto nos dice la ciencia, neurociencias, y todo lo que termine en cias, esto nos tendría que servir en teoría, en menor o mayor grado, a comprender el porqué de algunas actitudes, formas de ser etc. Y a pesar de que no son determinismos y que esto cambia por la refutación constante de la ciencia y otros factores externos que confluyen, lo cierto es que hay diferencias que predisponen tanto a hombres y womens; testosterona y estrógenos elementos fundamentales en la formación del cerebro durante el embarazo en la formación del feto. He utilizado y destrozado el cuento de Daniela Bojórquez (ado ido) para este texto, una disculpa sincera desde aquí. Y lo único que me queda por decir es que tengan mucho sexo, sean muy promiscuos(as), masturbense mucho y bye